Yoga para niños, una actividad con múltiples beneficios para los peques
Extraescolares
Conocerse, saber cuidarse, practicar ejercicio y mantener unos hábitos de vida saludable desde bien pequeños. En yoga para niños, la extraescolar de Handle with Care, abordan todo esto con una actividad que cada curso gana adeptos en León desde que Natalia decidiera ponerla en marcha hace ya ocho años. Tanto en colegios como en centros privados ofrecen yoga para niños (de 3 a 12 años), yoga en familia (de 2 a 7 con adultos) y yoga para adolescentes (de 12 a 16 años). Comienzan en octubre y la primera clase la ofrecen siempre de prueba. Con algunas sesiones ya completas y pocas plazas libres en otros, charlamos un rato con Natalia para conocer mejor qué es esto del yoga para niños y cómo puede beneficiar a nuestros peques.
¿Por qué debería apuntar a mi hijo/a a yoga para niños?
Porque es una actividad muy completa en la que trabajamos yoga, mindfulness y educación emocional. Como les cuento yo a ellos, es la unión entre el cuerpo, la mente y el corazón.
¿Qué beneficios tiene esta actividad?
- Con las posturas de yoga conseguimos fuerza, equilibrio, coordinación y elasticidad. Estas se van haciendo de forma muy suave y lenta. El objetivo es que los niños conozcan sus limitaciones pero también que sean conscientes de lo que valen, de todo lo que son capaces de hacer.
- Los beneficios de mindfulness y educación emocional van bastante ligados. Pretendemos que sepan lo que les está pasando y tengan atención plena en el momento presente. Esto es difícil para muchos adultos pero si lo practican desde peques les va a resultar mucho más sencillo. Les sirve para mejorar la atención y la concentración en los estudios, en el día a día y en cualquier actividad que realicen. En cuanto a las emociones, les enseñamos cuáles son, qué provocan y cómo gestionarlas. Todas las emociones son buenas pero tenemos que saber cómo controlarlas cuando una de ellas se desborda, independientemente de que sea buena o mala.
- Por otra parte, fomentamos hábitos saludables y rutinas de orden en el aula. Al trabajar en clases grupales, el compañerismo y el trabajo en equipo están siempre presentes. También resultan muy positivas las relaciones que se establecen entre niños y niñas de distintas edades (de 3 a 12 años) porque se ayudan y colaboran. Con todo esto fomentamos que exista una sociedad llena de respeto y valores.
¿Qué voy a notar cuando lleve un tiempo en estas clases?
De lo que más me hablan las familias es de la relajación. Que ven que sus hijos se tienen que enfrentar a alguna situación que les desborda y se dicen: “Voy a respirar como en yoga”. Al menos, ya cuentan con esa herramienta.
Yo misma también lo noto mucho en las clases. Cuando comenzamos el curso las relajaciones que hacemos duran unos 2 o 3 minutos y en el mes de mayo podemos llegar a estar un cuarto de hora. No todos logran estar esos 15 minutos pero sí aprenden que en ese momento no pueden hablar y se mueven en silencio para no molestar a sus compañeros.
También notan mucho la elasticidad, hasta donde llegan cuando empiezan y lo que son capaces de hacer al final, algo que por otra parte repercute en su autoestima.
Y al niño o a la niña, ¿por qué le va a gustar ir?
Porque lo hacemos todo a través de juegos. No es la clase de adultos que todos tenemos en la cabeza. En estas clases hay ruido, hay movimiento, baile, canciones, cuentos… Yo programo todas las sesiones desde el inicio de curso con un objetivo para cada una de ellas y, como todas son distintas, les atrae mucho ese componente de sorpresa. La primera clase siempre es de prueba porque lo que quiero precisamente es que ellos lo vean y decidan si quieren venir para que lo hagan contentos y lo disfruten.
¿Cómo es una clase de yoga para niños?
Cada clase gira alrededor de un tema y está dividida en cuatro partes.
- La primera es la introducción, nos centramos en que estamos en clase de yoga y dejamos todo lo demás fuera. Lo hacemos a través de respiraciones de distintos tipos.
- Luego comenzamos el calentamiento a través de bailes y distintos juegos de movimiento.
- Llega la parte central, en la que practicamos posturas de yoga a través de distintas actividades: cuentos, circuitos con diferentes pruebas, juegos tradicionales adaptados al yoga…
- Para el cierre vamos bajando el ritmo con masajes, mandalas, alguna manualidad… y terminamos con la relajación, que puede ser sencilla o a través de una pequeña historia que yo les voy contando.
Tenéis yoga para niños, para adolescentes y también para familias. ¿En estas últimas trabajáis el vínculo familiar?
Es nuestro principal objetivo. Yo se lo digo a las mamás que vienen. No es una clase para ellas. Es verdad que van a hacer posturas de yoga y notarán sus beneficios pero lo principal es que van a tener una hora para disfrutar de su hijo o hija y estar únicamente con él, sin otras distracciones, sin estrés, viviendo el momento presente. A veces vienen también abuelos y lo que me gusta es que en esa hora todos vuelven ser un poco niños otra vez participando en todas las actividades.
Después de ocho años, ¿has notado que la gente conozca y valore más lo que haces?
Sí, cuando yo empecé aquí no había nada. Yo hacía yoga y estaba metida en el mundo de los niños así que me quise especializar pero aquí en León era imposible. Tuve que ir a Madrid donde no había más de cuatro o cinco centros en los que impartían yoga para niños. Sin embargo, de un tiempo para acá ha habido un boom y hay muchas formaciones. Me alegra porque la gente es más consciente de los beneficios que tiene. Hay más gente mayor practicando yoga que luego quiere que prueben los niños. Además, en general la sociedad es más consciente de que atender las emociones y encontrar momentos de calma les va a ser muy positivo para el futuro. Y que esto sea así es maravilloso.
¿Cómo puedo apuntar a mi peque?
