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Visita con niños al Centro del Lobo Ibérico

Escapadas fuera de León
15 mayo, 2024

El Centro del Lobo Ibérico de Castilla y León – Félix Rodríguez de la Fuente se encuentra junto a la localidad de Robledo de Sanabria, muy cerca de Puebla de Sanabria, en la provincia de Zamora.

Lo primero que llama la atención es lo integrado que está este centro en el paisaje. Cuando se llega hasta el aparcamiento donde hay que dejar los coches -está perfectamente señalizado desde Puebla- no se ve el edificio que alberga el museo. Es necesario caminar por una serie de pasarelas hasta llegar allí.

Las visitas son guiadas y es recomendable comprar la entrada con antelación (en la página web indica los horarios) por internet. Comienza en el centro de interpretación, donde se explican diferentes aspectos del lobo para ir conociendo más este animal: cómo se organiza, cuánto pesa, los años que llega a vivir, el tipo de alimentación, su comportamiento y muchos otros detalles interesantes más.

También muestran un video de un parto de una loba del centro, que tuvo tres crías y se explican detalles de la gestación y la crianza de estos animales. El tiempo en el museo es de una hora, aproximadamente, y después se pasa a visitar los observatorios donde podremos ver a varios lobos en estado de semilibertad. Para que se acerquen, uno de los profesionales del centro les lleva comida en ese momento para que resulte más sencillo observarlos.

En este caso fue Carlos Sanz, biólogo del centro y especialista en lobos. En su dilatada experiencia, se cuenta también el haber trabajado junto a Félix Rodríguez de la Fuente para RTVE. Y se nota su amor por estos animales y su interés por divulgar todo lo que aportan al ecosistema y por desmitificar un ser vivo tan maltratado en la literatura infantil.

     

La mayor parte del espacio está ocupado por pinar. Es importante seguir las recomendaciones de los responsables del centro para evitar molestar a los animales: estar en silencio y no dejar residuos.

En total hay tres observatorios. Para llegar al tercero hay que caminar unos 600 metros hacia arriba, además de ascender más de 100 escalones, pero merece la pena. En cualquier caso, si alguien no puede o quiere llegar a este último, puede terminar la visita después del segundo.

Una vez que se regresa al centro de interpretación, dejan tiempo para visitarlo por libre durante un buen rato.

Es una experiencia fabulosa para compartir en familia, en la que se aprende mucho. Además, todo el personal es encantador y muy profesional. Y desprenden mucho amor por lo que hacen.

Para comer, podéis acercaros a Puebla de Sanabria. Recomendamos el bar y restaurante Caparrota Río, donde tienen unas hamburguesas muy ricas y verde junto al río para jugar.