Tamara Álvarez (nutricionista): "El primer azúcar que engancha a los niños es el de las papillas de cereales"
Sin categoríaTamara Álvarez es nutricionista y desde hace cuatro años mamá. Eso le hizo ligar su camino profesional a la nutrición pediátrica pues detectó muchas carencias de información entre las embarazadas y muchos mitos en nutrición infantil. Tiene consulta en León y en La Bañeza, lleva el comedor del Colegio La Asunción y de la residencia universitaria y este año imparte talleres en 50 colegios de la comunidad sobre nutrición infantil. Ahora va a especializarse también en nutrición oncológica, así que abordará dos especialidades muy diferentes, pero que tienen en común que las dos «están muy cojas».
¿Cuáles son los principales mitos de la alimentación infantil?
El zumo de naranja es uno de los que más sorprende a los niños porque algunos presumen de no tomar zumo artificial sino natural, pero yo les explico que ninguno de los dos es buena opción. Un zumo no equivale ni mucho menos a una pieza de fruta porque cuando extraemos el líquido de la naranja, estamos extrayendo única y prácticamente toda el azúcar, que se convierte en azúcar simple, por eso no es bueno. También les llama la atención la cantidad de azúcar que llevan el Nesquik, las galletas… Los principales fallos de nutrición infantil están en los desayunos y en las meriendas. Solo hay que ir a la puerta de un colegio para ver lo que meriendan los niños, por el motivo que sea.
De todos modos, aun cuando los padres y madres están concienciados de alimentar bien a sus hijos, les resulta difícil, pues parece que siempre tienen que estar luchando.
Sí, hay mucho marketing comercial, te lo pintan todo muy bonito y, claro, cuando a un niño le enseñas a comer con Cola Cao y galletas, que era lo básico, luego es muy difícil hacerles cambiar. Yo a mi hija, desde el principio, le he dado siempre cacao puro desgrasado, pero cuando va a casa de mis padres le dan Cola Cao y cuando vuelve me cuesta tres días de adaptación darle el cacao. Es difícil, pero se puede. Es un trabajo continuo.
Los perjuicios del aceite de palma calaron entre los consumidores y ahora son muchas las marcas que presumen de no incluir esta grasa en sus alimentos, pero da la sensación de que con eso ya está solucionado, que si no tienen aceite de palma ya son productos saludables.
Cualquier producto que tenga grasas saturadas o grasas trans del origen que sea no son buenas, pero es como todo, no te vas a morir por una galleta. El problema es hacerlo algo habitual, que todos los días el niño desayune galletas. Hay productos que no tienen aceite de palma pero tienen de girasol refinado y tampoco es bueno.
Cuando elegimos un producto en el supermercado y miramos la etiqueta, ¿qué ingredientes deben hacernos desconfiar?
Cuando miramos los hidratos de carbono vemos que se desglosan en dos partes, complejos y simples. Los complejos son buenos, los que nos dan energía todo el día y se absorben lentamente. Tenemos que fijarnos en los simples, los que piden un sobreesfuerzo al cuerpo, se absorben demasiado rápido y obligan a nuestro cuerpo a regular rápidamente el nivel de azúcar en sangre, lo que supone un sobreesfuerzo en el páncreas. De ahí todos los problemas de diabetes, obesidad y demás.
Otra cosa que hay que mirar son las grasas saturadas o ácidos grasos trans, que se llaman grasas parcialmente hidrogenadas porque por un proceso químico pasan de un estado líquido como es el aceite a un estado sólido. Este proceso hace que prácticamente sean lo mismo que las saturadas. También hay qeu controlar que el contenido en sal no sea muy elevado.
¿Cómo se hace para que el azúcar y la sal no sean elementos prohibidos y por tanto altamente atractivos para los niños?
Yo aconsejo trabajar con cosas caseras, hacer batidos de frutas en casa con yogur natural sin azúcar y frutas. Es importante que se acostumbren al sabor natural de la fruta, de la leche y no añadir nada más. El problema es que ahora tenemos el paladar dormido, está súper estimulado con la cantidad de azúcar y sal que estamos tomando.
Lo fácil que resulta acostumbrarse al azúcar y la sal y lo difícil que es desengancharse…
Al final es una conexión química, el mecanismo de recompensa que se llama. Provoca placer, es un efecto similar a cuando consumes drogas. Todos hemos estado enganchados al azúcar e incluso cuando la dejas tienes un síndrome de abstinencia. Es algo periódico, luego se va regulando. Un adulto es más consciente pero a un niño es difícil hacérselo entender.
Cuando un niño ve dibujos animados en la televisión, cada poco tiene anuncios de alimentos poco saludables. ¿Consideras que deberían limitarse este tipo de anuncios?
Sí, en los horarios infantiles por supuesto. Bueno, y casi en cualquier hora porque al final son productos que atraen a los adultos. Es como cuando vas al cine y te ponen el anuncio de la Coca Cola, ¿Qué haces? Sales ipso facto por la Coca Cola. Es todo marketing comercial y lo que hacen es enganchar a los niños desde pequeños, de hecho, el primer azúcar que engancha es el de las papillas de los cereales. Aunque te pone «sin azúcares añadidos», el procesado que requiere hace que se creen azúcares simples, que es lo mismo.
Si un niño lleva una dieta equilibrada, ¿es tan grave que desayune leche con galletas?
No, pero siempre que no sea todos los días. El consumo de galletas debe ser esporádico, no diario. Hay muchas opciones de desayuno: copos de avena, de maíz, tostadas… Lo que pasa que nos vamos a lo fácil, no te voy a negar que yo también lo he hecho alguna vez por falta de tiempoo.
Tenemos un problema grave de obesidad infantil, aunque también es cierto que no todos los niños que se alimentan mal están gordos. Pero, ¿qué problemas tendrán en un futuro?
Eso va en la genética de cada uno y también el ejercicio físico juega un papel primordial. Los niños queman mucho pero la alimentación es un patrón que se inculca. Si más adelante paran, pueden tener problemas de obesidad, de colesterol, de diabetes. Hay mucha gente que era delgada que cuando ha empezado a estudiar o a trabajar se ha descontrolado. En el momento que coges peso ya se empiezan a asociar todas las enfermedades metabólicas que hay: hipertensión, triglicéridos, colesterol, diabetes… todo esto está asociado a la grasa abdominal o la grasa visceral, que es la que está rodeando los órganos, que inflama el órgano que rodea y empieza ese órgano a funcionar mal. Lo más importante es crear hábitos desde pequeños. Pero sí, hay un problema de obesidad muy grave, yo lo veo en los comedores y suele coincidir que los padres también tienen obesidad porque a veces el problema no está en la educación de los niños sino en la de los padres.
A veces somos los padres los que tenemos que aprender para enseñar a los niños.
Yo lo veo primordial. Ahora que hago muchas charlas en colegios está bien, pero de poco sirve que el niño vaya con una idea y el padre la ignore. Estas charlas deberían estar enfocadas a padres porque son los encargados de la educación a todos los niveles de los niños.
¿Cómo se enseña a comer bien?
Yo he tenido padres que han venido a consulta simplemente para preguntar cómo configurar un menú para toda la familia saludable. Si alguien tiene dudas, que consulte a un profesional. Yo a los niños les hago el plato saludable, que les gusta mucho. Mitad de zona verde para frutas y hortalizas, un cuarto de plato para proteínas y el otro cuarto de hidratos de carbono siempre integrales.
¿Por qué es mejor integral?
Cuando refinamos un producto, por ejemplo el arroz, retiramos el salvado, que es la parte externa y cogemos la parte interna. Es decir lo que estamos haciendo es quitar casi toda la fibra, casi todas las vitaminas y casi todos los minerales, por tanto, el producto que queda es pobre nutricionalmente. Lo que pasa es que es un producto que en la industria alimentaria es fácil de manejar porque se pudre menos.
Azúcar, azúcar de caña, panela, sirope de ágave… ¿estamos en lo mismo?
Sigue siendo lo mismo con más o menos concentración de azúcar. Al final lo importante son los tiempos, no pasa nada por tomar un día bizcocho con azúcar, pero que no sea la rutina.
¿Cuál es el problema de ofrecer dulces como premio?
Siendo honestos, es como entrenar a un perro. Lo haces esclavo de algo para conseguir objetivos. Si un niño come mal y un día toma garbanzos es bueno hacerle un refuerzo positivo, felicitarle con palabras pero no con una piruleta o algo material. También hay que tener en cuenta que los niños pasan por épocas y de los 2 a los 5 los niños tienden a comer menos porque no es una fase de estiramiento grande y su cuerpo les pide menos que de 1 a 2 años, cuando está creciendo mucho. Hay padres que se asustan y le dan cualquier cosa para que el niño no se desnutra. Los niños no se van a morir de hambre. Es preferible que no coma más a darle unas galletas y un vaso de leche antes de dormir.
En muchos restaurantes siguen teniendo menús infantiles y no suelen ser la opción más saludable, ¿no?
Hace no mucho vi un hotel en Madrid que ofrecía menú para niños buenos: croquetas, patatas fritas, macarrones… y para niños malos: verduras con pescado. ¡Pero si tenía que ser al revés! Hasta en el McDonald’s tienen opciones saludables con ensalada. El que no lo da es porque no quiere.
¿Ves muchas alergias e intolerancias?
Cada vez más, pero también influye mucho la contaminación, los pesticidas, la sociedad que tenemos. Tú vas a África y, lo mismo que no existen las depresiones ni las ansiedades, apenas hay intolerancias y alergias. Aquí cada vez hay más y más raras. Una de las que más me ha llamado la atención es, por ejemplo, la alergia a las frutas con pelo como el melocotón o el kiwi.
Muchos padres optan por no dar lácteos a sus hijos, ¿qué opinas?
Ha habido muchos detractores de la leche, no sé por qué, yo fomento mucho los lácteos, es un alimento que, como todo, no es obligatorio pero sí recomendable. En fase de crecimiento la leche y los productos lácteos son muy importantes por la cantidad de vitamina D y el calcio que tienen. Muchos padres sustituyen la leche de vaca por bebidas vegetales, pero no tienen la misma valoración nutricional ni por asomo. Encima las bebidas vegetales se componen de agua con un porcentaje minúsculo de la planta del fruto y tienen un porrón de azúcar. Yo jamás quitaría la leche y los productos lácteos a nadie, ni a niños ni a adultos ni a ancianos a no ser que sean alérgicos, intolerantes o que no les guste.
¿Hay que respetar los gustos de los niños?
Sí, los gustos y las aversiones hay que respetarlas, pero no por una creencia falsa.