Summer Slow Camps de Bill y Lula: el verano que se merecen los peques
Campamentos“Yo lo que quiero es que esté bien”. Esta es la frase más repetida entre las madres y los padres que apuntan a sus hijos a Bill y Lula. Y es la esencia de este centro: que estén bien, que se sientan a gusto, comprendidos, respetados y en un ambiente de confianza en el que ser ellos mismos.
Bill y Lula inicia el 25 de junio sus campamentos de verano. Están dirigidos a niños y niñas entre 5 y 12 años y cada semana tendrán una temática diferente y atractiva en la que basarán todas las actividades que realicen.
Aquí despliegan su creatividad tanto creando como jugando. Cuentan con mucho material y muy diverso al que recurrir, como elementos de construcción, juegos de mesa, de lógica, artículos para manualidades… Con todo ello invitarán a los peques a explorar, a descubrir y a experimentar para comprender cada vez mejor el entorno que los rodea.
Además de su zona de descanso en la que podrán leer un libro, han habilitado también un stop learning, en el que tendrán actividades muy llamativas con las que poner en práctica, de una manera diferente y entretenida, lo aprendido en el cole. Y así llegar a septiembre sin borrado de disco duro, pero también sin la sensación de haber estado estudiando.
Porque cuando Sandra y Pablo montaron Bill y Lula querían un lugar sin prisas, sin imposiciones y sin la rigidez de la vida frenética de los adultos. Y cuenta Sandra que cuando a los niños se les deja ser niños y se les tiende una mano amiga, surge la magia.
Que no es que aquí haga cada uno lo que le dé la gana. De hecho, tienen tres normas muy claras que explican siempre a los nuevos: respeto a uno mismo, respeto a los demás y respeto al entorno.
Con esto ya tienen medio camino andado. Esta filosofía impregna todas las actividades de Bill y Lula, que durante el año se centra en el aula de deberes y en periodos de vacacionales en los camps, con un enfoque lúdico y una premisa: que los niños descansen después de todo el curso escolar.
Pero, ¿cómo descansa un niño? Pues, probablemente agotándose, sin parar, jugando y moviéndose mucho. Pero sin prisas, sin ir con la lengua fuera y sin la presión de tener que llegar al cole o a la extraescolar. Y también dejándose sorprender por todo lo que tienen preparado en los camps de Bill y Lula, donde defienden la importancia del asombro.
Cómo son los Summer Slow Camps de Bill y Lula
Los campamentos de verano tienen horario de 9 a 14 horas. Se puede acudir antes (desde las 7) y quedarse hasta después de la comida (a las 16 horas).
Durante la primera hora, en la que van llegando todos, son ellos los que se van organizando en el espacio. Algunos se sientan en los pufs, y de repente uno propone montar un kiosco, otro va a comprar con los billyeuros y dos más se montan la peli del ladrón que quiere robar y el policía que lo persigue… Así es como va surgiendo la magia de la que habla Sandra. Y si sube mucho el tono, una niña toma el bastón de la palabra y, en cuanto la ven, todos empiezan a bajar la voz porque esa es la señal. Tienen que escuchar. Y lo dice: “Estáis gritando mucho y me estoy agobiando, ¿podéis hablar más bajo?” Según cuenta Sandra, nada funciona mejor que un niño pidiendo respeto.
Después llega el momento de la asamblea, que les sirve para conocerse más, hablar de lo que han hecho, lo que les gusta, si les preocupa algo o cualquier cosa que se les ocurra. A veces dura 10 minutos, otras 40. No importa, el objetivo es conseguir esa sensación de familiaridad, alianza y pertenencia al grupo. Y en ella se explica también lo que van a hacer durante el día.
En la pausa del almuerzo, deciden los que quieren salir al exterior y los que quieren quedarse. “Nos gusta más esto a que todos hagan lo que opina la mayoría”. Y los que salen van al parque, dan un paseo, juegan en la hierba o incluso con agua. Y los monitores con ellos. Listos para jugar, tirarse al suelo, rodar o escuchar y consolar. Y todo esto pueden hacerlo porque su ratio es muy reducida, lo que permite el trato personalizado.
Todas las actividades están encaminadas a que disfruten del verano como se merece y a que guarden muy buenos recuerdos, pero todas ellas buscan también despertar la curiosidad de los peques y que salgan de allí con muchas preguntas y ganas de seguir aprendiendo sobre el mundo en el que viven.
Precios e inscripciones
Para obtener más información o inscribir a los peques, podéis llamar al teléfono 611 47 62 32.
No lo dejéis mucho porque hay semanas que ya tienen casi todas las plazas completas.
También podéis:
- Escribirles a hola@billylula.com.
- Consultar su página web com.
- Seguirles en redes sociales en Instagram y Facebook.