Senda de la Mitología Leonesa
Rutas con niñosLa Senda de la Mitología Leonesa está ubicada en la localidad de Carande, en el Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre. A lo largo del recorrido, unos 5 kilómetros, vamos encontrando figuras talladas en madera que corresponden a personajes de la mitología leonesa, acompañados de carteles explicativos en castellano y leonés. La Vieja del Monte, el Reñuberu o el Diañe son algunos de los seres con los que nos encontramos. Junto a alguno de ellos hay buzones para dejar mensajes, deseos y peticiones.
La ruta es circular y está señalizada. No es complicada, pero sí hay zonas de pendiente que se le pueden hacer duras a los más pequeños. No es posible transitarla con carrito y hay que tener en cuenta que hay partes que pueden estar embarradas tras las lluvias. Cada peque es diferente, así que nunca nos gusta poner edades, ya que depende de cada uno de ellos y su experiencia previa. A partir de los seis años la hacen sin problema, con el aliciente de ir buscando las figuras.
A la entrada del pueblo hay una zona reservada para aparcamiento y es ahí donde debemos dejar el coche. La ruta comienza en la calle Solascasas, junto al bar. Allí un cartel nos indica el camino a seguir. Durante toda la senda encontraremos carteles a los que hay que estar atentos para seguir el buen trayecto.
El primer tramo transcurre por un agradable paseo bastante llano desde el que veremos el pantano de Riaño -Carande es una de las localidades que por su altura se salvó de acabar bajo las aguas- y luego nos iremos adentrando más entre praderas hasta internarnos en el bosque.
Hay que ir subiendo junto al arroyo hasta que vamos entrando en el bosque, donde encontraremos la primera figura de esta senda, La Vieja del Monte. Poco después aparecerá el travieso trasgo y unas figuras que dan cierto respeto, se trata de la Güeste de Ánimas.
Tras esto encontramos una amplia, un buen lugar para descansar un rato, tomar un temtempié o comer directamente si decidís llevar comida. Continuamos hacia abajo y hemos de ir atentos al cartel que nos indica dónde se encuentra la Mora, pues hay que desviarse del camino hacia la derecha para entrar en un precioso bosque de hayas. Junto a la figura, en época de lluvias, veremos también una pequeña laguna.
Retomamos el camino y más adelante encontraremos el Diañe o Diablo y después el Reñuberu, ese ser que se encarga de los cambios meteorológicos, de los vientos y de las tempestades. Desde esta zona tenemos unas vistas estupendas del pantano y de los distintos picos como el Yordas o el Gilbo. Un cartel en el mirador nos ubica y señala cada una de las cimas para localizarlas.
Solo nos falta visitar a la cuélebre antes de descender hacia Carande, de nuevo, donde finaliza la ruta. La vista que nos regala esta bajada con el pueblo y las montañas de fondo es incomparable, así que han instalado también un banco desde donde admirar todo este paisaje. Terminamos la ruta junto al bar, que cuenta con una zona verde en la que tomarnos algo para recuperar fuerzas.