Pistacho y Avellana, decoración personalizada con mucho estilo
TiendasEsta historia demuestra cómo alguien puede guardar su motivación en un cajón oculto, debajo de muchas otras cosas, pero no hacerla desaparecer. La pasión de Graciela por la artesanía y las manualidades estaba esperando a que la rescatara y tuvo que ocurrir una de esas cosas de la vida que te sacuden fuerte para recuperarla.
Su hija nació prematura y en su trabajo le dieron un permiso especial para estar con ella hasta los tres años para evitar riesgos y fue durante ese tiempo cuando empezó a pensar en abrir, de nuevo, aquel cajón.
Se replanteó que la vida era otra cosa, que no quería volver a su oficina a hacer lo de siempre y retomó lo que ya desde pequeña movía su vida. “Yo no tengo recuerdo de jugar con juguetes, pero sí de estar todo el día pintando, dibujando, recortando… mi madre hasta me tenía que reñir para que soltara un poco las cartulinas y los lápices”, recuerda Graciela.
Ella es de Gijón pero pasó su infancia hasta los 18 años en Pola de Lena y allí no había Bachillerato de Arte, ni siquiera tenía constancia de que algo así existiera, así que optó por el científico tecnológico. Fue de vuelta a Gijón cuando un profesor particular de Física le abrió los ojos. «Pero si esto a ti no te gusta nada», recuerda que le dijo. Y le recomendó ir a la Escuela de Arte. A punto de estudiar una ingeniería, viró su rumbo y se matriculó en Diseño de Interiores y Bellas Artes.
Pero una vez más, cuando terminó y se vino a vivir a León se dijo a sí misma que aquello no tenía salidas. Durante un buen tiempo estuvo trabajando en tiendas, incluso pasó una temporada en México. Al volver, estaba segura de que no quería continuar por ese camino así que preparó un Grado Superior de Administración y Finanzas. Consiguió lo que ella pensaba que era un buen trabajo con unas buenas condiciones. Hasta que todo se tambaleó y se replanteó las cosas.
Decidió arriesgarse y, con mucho gusto, dedicación y trabajo, nació Pistacho y Avellana, que nada tiene que ver con productos de alimentación sino con decoración y cosas bonitas, y también con momentos especiales. Como los que disfruta Graciela cuando degusta su helado favorito en el que combina estos dos sabores. “Soy muy friqui con esto, cuando reservo las vacaciones ya miro las heladerías para confirmar que tienen estos helados”, confiesa.
Su primer trabajo fue un atrapasueños para su ahijada y a partir de ahí empezó a recibir pedidos. Lo movió en redes sociales y aumentaron las personas interesadas. A ese ritmo ha ido creciendo incorporando máquinas de fabricación digital y experimentando con nuevas técnicas. “Me encanta lo que hago, ahora soy plenamente feliz en el aspecto laboral”, cuenta.
Pasa sus horas en un pequeño taller donde elabora las creaciones personalizadas que le piden sus clientes. Algunas las ofrece a través de su página web, otras surgen de ideasque le sugieren. Le gusta mucho hablar con cada cliente y conocer su historia para elaborar un producto único y totalmente personalizado.
Elabora placas de madera para las habitaciones infantiles, lámparas, medallas para cumples, bodas o graduaciones, atrapasueños… Invierte mucho tiempo y dedicación en cada artículo para ofrecer detalles exclusivos.
Los atrapasueños, por ejemplo, incluyen en ocasiones símbolos con mucho significado para cada persona. En uno añadió un casco vikingo porque la madre se había quedado embarazada en un viaje a Islandia. Otro llevaba la forma de un corazón real porque la niña para la que estaba dedicado había superado una enfermedad coronaria con la que nació. También recuerda con especial cariño la historia de un matrimonio que habían adoptado en África y querían que el atrapasueños llevara un baobab, un árbol característico de este continente, para que al crecer siguiera viendo algo representativo de su lugar de origen. «Si me cuentan sus cosas, me fluye y me motivo más, yo me meto mucho en la historia y lo hago siempre como si fuera para mí», explica Graciela.
Puedes ver todo lo que ofrece Pistacho y Avellana en su página web.
Además, el próximo sábado 16 de marzo organiza un taller en El Mundo en tus Manos para hacer el regalo del Día del Padre.
También puedes seguirla en redes sociales, tanto en Facebook como en Instagram.
Puedes contactar con Graciela en 686 58 32 90 y en info@pistachoyavellana.com