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Julia R. Gallego: "Los niños no juzgan, se dejan llevar y disfrutan más del arte contemporáneo"

Museos con niños en León
17 febrero, 2020

El Musac lleva casi 15 años haciendo Pequeamigos. Abriendo sus puertas cada sábado a los más pequeños para que descubran y se descubran en el interior de este museo. Un gran grupo de amigos conducido por Julia R. Gallego, con quien charlamos para conocer un poco más este programa cuando está a punto de cumplir su aniversario.

Para quien todavía no conozca los Pequeamigos, ¿Qué es?

El programa Pequeamigos Musac es un proyecto educativo diseñado desde el departamento de educación, no son solo actividades para niños sino que tienen un trasfondo educativo muy pensado.

¿Cuáles son los pilares de ese proyecto educativo?

Hacer una educación totalmente centrada en la persona, que propicie la autonomía del niño y su participación. Tratar a los niños como personas iguales a nosotros a nivel de ideas, participación, palabra para que tengan un pensamiento crítico. Ese trabajo horizontal para nada está reñido con el respeto ni con el poder trabajar, todo lo contrario porque somos muchas más cabezas pensando a la vez.

¿Cómo ha ido evolucionando el programa en estos 15 años?

En esencia es lo mismo porque teníamos muy claro lo que queríamos hacer y para qué, pero sí que hemos ido modelándolo y perfeccionándolo. Los que estamos en la educación no formal tenemos cierta libertad y ahí podemos mostrar que hay otras maneras de trabajar mucho más respetuosas, más holísticas, más integradoras… contemplando al individuo en toda su dimensión sin dirigirle continuamente porque es una contradicción intentar potenciar la creatividad y dirigirles. Yo noto cómo ellos aquí hacen ese clic, están seguros, cómodos, sintiéndose queridos, pertinentes…

¿Cuántos pequeamigos hay?

Inscritos hay 1950 pero algunos ya se han hecho mayores. Ahora, activas habrá unas 500 familias. Eso sí, ser pequeamigos se es siempre. A veces en los museos este tipo de programas son los que menos se cuidan porque siempre tienen gente, por eso a mí me pareció que lo innovador era hacer justo lo contario, que fuera referente de un trabajo exquisito y muy cuidado. Y dar a los niños un tratamiento VIP de forma que estén vinculados al museo. Conocen a la gente que trabaja aquí, entran a sitios que no entra el público general… Ellos tienen una relación hacia el Musac más allá de un contenedor donde hacen actividad. Se les conoce personalmente y se confía en ellos.

Tenéis dos grupos de edad, por la mañana y por la tarde. ¿Se hace lo mismo pero adaptado?

La actividad es la misma pero adaptamos un poco la metodología. La exposición no es el fin sino que es la herramienta o la excusa. Es una herramienta brutal, y más ahora que tenemos piezas que ya te da para todo el diverviaje. Los diverviajes son para la vida, para pensarnos, para explorar el mundo que tenemos alrededor y trabajar a través de todas las inteligencia para que aquí todos los niños tengan un lugar donde sentirse pertinentes. Luego trabajamos a través de diferentes disciplinas, a veces pintamos pero otras no cogemos ni un lápiz. La creación no está solo en la parte manual sino mucho en las ideas y en la reflexión.

¿Qué objetivos perseguís?

A nivel personal es muy importante que los niños acudan a un lugar en el que aprender en libertad, con respeto en el que descubran sus potencialidades y se sientan a gusto. Y luego acercarles al mundo del arte, pero siempre primamos lo personal porque lo artístico está muy relacionado con lo personal. Pero por supuesto acercarles al mundo del arte contemporáneo que, en definitiva, es acercarles al mundo en el que vivimos e intentar entenderlo entre todos.

A veces los padres son reacios a entrar en un museo con sus hijos…

Yo creo que muchos están conociendo los museos por las programaciones educativas por los niños. Yo siempre les invito a entrar pero a veces los adultos estamos más inseguros. Los adultos tienen una membrana que ellos ya no, ellos han conquistado este espacio como podrían haber conquistado un parque, están comodísimos. Para niños muy pequeños, simplemente transitar por el museo es un inicio de ir naturalizando el lugar.

¿Es más fácil para ellos dejarse llevar por el arte contemporáneo?

Sí, porque no pretenden comprender. Nosotros estamos siempre pensando, juzgando si algo es arte o si me engañan… siempre estás con esa tensión. Ellos no están juzgando, están viviendo una experiencia, se dejan llevar y disfrutan mucho más. Los pequeamigos nunca me preguntan qué significa esto porque no buscan fuera lo que está dentro de ellos, no necesitan que les traduzcas nada. Lo que significa ya lo deciden ellos.

¿Qué te han enseñado los niños a ti?

A retirarme. A echarme atrás. Cuando uno empieza piensa que su trabajo de educador consiste en no salirse del guion marcado, pero luego descubres que el buen educador es el que se retira, el que se hace invisible, el que termina por no existir. Esto es muy interesante también para hacer una reflexión personal y profesional sobre cuál es nuestro trabajo.


Si estás interesado/a en que tu hijo o hija participe en este programa que invita a la diversión en el museo como medio de aprender a disfrutar del arte y ampliar conocimientos del mundo que nos rodea tienes toda la información aquí: https://bit.ly/2uR7kHJ Tanto la inscripción en Pequeamigos MUSAC como sus actividades son gratuitas.