Andrés Valbuena: "Soy partidario de preparar a los niños para el futuro tecnológico que les espera"
Entrevistas
Andrés Valbuena fue reconocido hace una semana como tercer mejor profesor de España en la categoría de Educación Infantil de los premios Educa Banca, así que hemos querido conocer un poco más al director del CRA de Villaquilambre, un centro donde el número de alumnos va en aumento y ya alcanza los 180. Andrés imparte también clases de Psicomotricidad y TIC (ordenador, tablet, pizarra digital y robótica) a niños de Infantil en Villaquilambre e Infantil y Primaria en Villasinta. Sus dos señas de identidad como profesor y director son la tecnología como recurso educativo y la implicación de las familias. Nos enseña las instalaciones del centro, con sus patios donde trabajan los huertos, su biblioteca, su clase de informática o el aula del futuro, que está en preparación y que tiene hasta sofás para que los alumnos puedan sentarse en ellos a discutir diversas cuestiones.
¿Por qué crees que has llegado hasta el tercer puesto en este premio?
Básicamente porque las familias de mis alumnos consideran que mi trabajo ha merecido un reconocimiento y porque la Comisión de baremación de EDUCA entiende que mi trayectoria y currículum merecen que esté ahí. Seguramente la ilusión y entrega que le pongo a mi trabajo también me hayan impulsado arriba.
En un momento en el que se habla de faltas de respeto, escasa valoración de los docentes… van los padres de tus alumnos y te nominan. ¿Cómo se recibe algo así?
Pienso que la relación familia-escuela en mi centro es posiblemente diferente a la mayoría de los centros. Para mí las familias son un componente esencial en la arquitectura educativa del colegio y en la trayectoria que ha tenido el mismo en estos últimos años. Así he tratado de hacérselo ver desde que llegué. Puedo presumir de tener un AMPA tremendamente implicado y disponible, de jugar pachangas los jueves en el colegio con los padres de los alumnos, de que uno de nuestros abuelos se ocupa de ayudarme con el huerto e invernadero del colegio o de que cada vez que se les solicita ayuda, allí están ellos para arrimar el hombro. Tienen seguramente más implicación y libertad en este centro que podrían tener en otros, pero lo han asumido desde una óptica de respeto a las funciones de los docentes, de mutua colaboración y de mejora del centro y por lo tanto de la calidad de la educación que reciben sus hijos.
Somos un equipo y me siento tremendamente orgulloso y agradecido por lo que han hecho y por las felicitaciones que he ido recibiendo estos días por su parte y por parte de los niños.
Para mí sí, sin duda. Hay muchas y variadas teorías sobre el uso de las TIC a estas edades, incluidas las de algunos gurús de Silicon Valley que han decidido educar a sus hijos sin ordenadores, tabletas o pantallas. Lo respeto totalmente pero yo soy partidario de preparar a los niños para el futuro tecnológico que les espera. Prepararles no quiere decir dejarles una tablet o un Sçsmartphone y que se entretengan. Significa en primer lugar, educarles en el uso de las TIC (tiempo adecuado diario, cuidado de los recursos que manejan y utilización responsable) y en segundo lugar, educarles en el uso didáctico de dichos recursos que puede ser lúdico a la vez, proporcionándoles juegos y Açapps que en el caso de E. Infantil, les estimule en el trabajo de la lecto-escritura, la lógico matemática, etc. Todo ello sin perder la óptica de la creatividad personal.
A veces las familias me preguntan: ¿Son buenas las videoconsolas? Y siempre respondo lo mismo: el recurso no es malo, el uso que se haga del mismo puede traer problemas (tiempo excesivo, falta de control parental, juegos que incitan a la violencia, etc.). Las videoconsolas o las tablets permiten a los niños mejorar habilidades relacionadas con la motricidad fina o la coordinación óculo manual a la par que adquirir conocimientos si se utilizan juegos y/o apps adecuadas y recomendadas a la par que testadas por expertos educativos.
En definitiva, para mí no es malo el recurso, lo es el uso inadecuado que se haga del mismo.
¿Cuáles dirías que son los puntos positivos que has aportado tú al CRA de Villaquilambre desde que eres director? ¿En qué dirección navegas?
Hace poco le di una charla a los nuevos funcionarios en prácticas y les di mi punto de vista sobre el cambio que ha tenido el CRA Villaquilambre en los últimos años. Lo basé en cuatro bloques básicos: trabajo en equipo (aquí ha habido y hay profesionales muy competentes e implicados), formación (aumentamos muy significativamente la participación del centro en cauces formativos, incluidos los proyectos europeos), innovación educativa (las TIC, el proyecto de huerto escolar, etc.) y buenas relaciones con nuestra comunidad educativa (familias y Ayuntamiento aportan mucho en nuestro centro). Creo que mi apuesta ha ido en ese camino y que se han logrado cosas muy positivas.
Espero estar navegando en la dirección de la mejora de la calidad de la enseñanza y en aportar mi pequeño granito de arena,ç para formar alumnos dotados de las competencias necesarias para el futuro laboral que les espera, pero también para ser buenas personas.
A través de una visión romántica de la educación representan la esencia de la escuela antigua desde el punto de vista del trato cercano con las familias, del máximo respeto a la figura del maestro o de esos niños que tienen una soltura increíble en el campo de la motricidad producto de lo que es la vida en el pueblo (más calle, parque, bici y pelota y menos sofá).
Si lo analizamos desde el punto de vista social, ahora que está de moda la temática de ‘la España vaciada’, aportan vida y futuro a los pueblos. El momento en que desaparece la escuela de un pueblo, es un claro síntoma de que la vida del mismo se apaga.
¿Para qué sirven los premios de Excelencia Educativa de la Junta?
Son una fórmula acertada y motivadora de la Junta de Castilla y León para que los centros aúnen esfuerzos entre los diferentes miembros de las comunidades educativas de los colegios, entorno a puntos de mejora que hay en cada escuela.
Es cierto que la elaboración y ejecución de los Planes de Mejora a nuestro centro le han supuesto un esfuerzo considerable, pero las mejoras logradas y los dos reconocimientos que nos han dado nos animan a seguir en esta línea.
¿Cuándo supiste que querías ser profesor y por qué?
Yo no hice la Carrera de Magisterio por vocación, quería ser Inspector de Policía y necesitaba al menos una Diplomatura para acceder al cuerpo. Cuando hice las prácticas de la carrera en el CEIP Las Anejas, me cambio mi forma de entender muchas cosas. Tengo mucho que agradecer a Lola, que fue mi tutora y a ese grupo de niños.
¿Por qué hay tan pocos profesores hombres en Educación Infantil?
Lo desconozco realmente. Lo que sí que te puedo decir es que la mayoría de los que conozco, como mi amigo Víctor, son excepcionales profesionales, su implicación con los niños es tremenda y tienen muy buena acogida en las familias.
En el segundo ciclo de Educación Infantil, de 3 a 6 años, ¿qué hay que enseñarle a un niño?
Más allá de los contenidos curriculares básicos, las normas y rutinas, hay que enseñarles a socializar, a que de ahora en adelante, en la escuela y en su vida adulta, formarán parte de pequeños y grandes grupos y que hay que mostrar empatía por los iguales. El trabajo en equipo y el respeto son los mayores valores que pueden adquirir.
¿Qué le pides a la ministra de Educación en esta nueva legislatura?
En primer lugar, si van a tocar la Ley, en la medida que sea posible, que se dejen asesorar por profesionales que estén dentro de las aulas y no por gente súper entendida en educación que no ha pisado un aula ni se ha reunido con un grupo de padres jamás. Entiendo el carácter burocrático de legislar y que hay que hay cuestiones económicas que frenan determinadas mejoras pero hay cuestiones que se podrían aplicar sin problema, simplemente escuchando al sector.
En segundo lugar, mayor inversión no tanto en recursos educativos o en subidas salariales, pero si en la calidad de formación del profesorado y en la conciliación de dicha formación con la vida familiar y profesional. Se debería recompensar la formación que hacen muchos docentes en su tiempo libre.
¿Quién ha sido o sigue siendo tu principal maestro?
En la docencia mi profesor de Sociología de la Universidad, Prisciliano, que despertó en mí el interés por las diferentes culturas y que la historia siempre depende de quien la cuente, de ahí la responsabilidad de los docentes, puesto que en edades tan tempranas somos modelos para ellos y absorben todo lo que les contamos como realidades indestructibles.
En mi vida personal, mi abuelo materno que fue un hombre tremendamente emprendedor, trabajador y entusiasta de la lectura. En su juventud fue sargento de talleres de aviación y por las noches realizaba estudios superiores. Después, montó su propio negocio. Fue un modelo de persona que hoy en día escasea. Destacar también a mi madre que me ha enseñado el valor más importante para mi trabajo: al respeto más noble y duradero se llega a través del cariño y la empatía. Mi chica, Lara y mi hermana Carmen, son dos ejemplos de gente que ama la profesión docente y rebosan ilusión en sus ganas de enseñar, cosa que no todo el profesorado tiene.
Tus recuerdos de la escuela… ¿son buenos o malos?
Son muy buenos cuando pienso en mis amigos (Álvaro, Víctor, Clemente, etc.) y en nuestras vivencias o también en mis entrenadores, Julián y Onofre, que me transmitieron valores que hoy en día creo poner en práctica. No tan buenos cuando pienso en la jornada lectiva, hoy en día he tratado de dotar al colegio y a los niños de todo aquello que yo no tuve.
Andrés, en la clase de informática del colegio.
¿Qué deberíamos saber antes de juzgar a un profesor?
Que somos humanos y que podemos ser mejores o peores, que nos podemos equivocar y que detrás de cada docente hay un individuo, con su familia y sus situaciones personales. He visto como en otros centros familias exigían ciertas cosas al profesorado en las excursiones con los alumnos sin darse cuenta que los profes están quitando tiempo a sus propios hijos por las tardes por dárselo a los hijos de dichas familias y que nadie te paga las horas extra que ofreces en este sentido.
¿Cuál dirías que ha sido el principal reto al que te has enfrentado y cuál el que tienes por delante?
Mi principal reto ha sido dirigir el colegio y dotarlo de mejores relaciones entre los diferentes miembros de la comunidad educativa para empezar a trabajar más unidos (familias, Ayuntamiento, etc. ). Era muy joven, nuevo en el centro y tan solo conocía a tres maestras por haber coincidido con ellas en otros colegios. Creo que la cosa salió bien…
Actualmente mi principal reto es mantener todo lo que estoy haciendo y seguir creciendo personal y profesionalmente.
